“El valor de tomar decisiones es lo
que nos hace realmente productivos”.

Nuestro sueño de niños se hizo realidad, un mundo donde las tareas se hacen solas. Esta es la promesa de la automatización, este conjunto de tareas que se hacen para optimizar un proceso sin la intervención de los humanos.

Esto no es nuevo. De hecho no es raro ver fábricas repletas de silenciosos brazos robóticos que no van al baño o de precisas agujas que ponen microchips en nuestra electrónica barata. Lo interesante es que esta lógica está en nuestras computadoras y ahora, son los algoritmos los que escriben, seleccionan fotos o nos ofrecen alternativas.

Y es que la evolución del trabajo nos ha llevado a ser mucho más eficientes en las maneras de producir ideas y nos invita a desarrollar alternativas que se encarguen del trabajo rutinario. ¿para qué gastar un valiosos recuso humano para oprimir botones secuencialmente? ¿para qué emplear personas para hacer el mismo proceso una y otra vez? ¿por qué no nos encargamos de lo realmente valioso que es la toma de decisiones argumentadas? ¿por qué no dejamos de jugar a las máquinas y nos dedicamos a ser humanos?

El valor de tomar decisiones es lo que nos hace realmente productivos. Por eso debemos soportarnos en herramientas que simplifiquen la tarea y nos conduzcan a lo realmente importante. Muchas veces, el organizar archivos, controlar inventarios, direccionar facturas o el mismo control de resultados hacen que desviemos la atención a lo que realmente buscamos, el “para qué todo el esfuerzo tiene sentido”, qué a nuestro parecer se basa en dos pilares: el bienestar de los colaboradores y la rentabilidad de la organización.

Entonces, si en su compañía necesita copiar y pegar información, digitalizar documentos, buscar archivos y aplicar este proceso una y otra vez, advierta las bondades de la automatización y mejore su cumplimiento de objetivos, aumente su productividad, reduzca los riesgos y estandarice los procesos con miras a la mejora continua. Dele a la automatización su lugar y a sus colabores no los vea como máquinas.

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